CONTACTO CON ÁNGELES
Todavía a mis 42 años me indican la hora. Mi padre se viste muy rápido y al abrir la puerta para irse escucha: ¡bendición papá! A lo cual responde ¡Dios te bendiga! Cuando cerraba la puerta me sentaba en la cama a imaginarme todo el camino hacia el trabajo. P autobús, como llegaba al trabajo, toda su ruta imaginaba a esa hora. Pero no sólo eso hacía yo le daba compañía. Le colocaba ángeles alrededor. Ángeles con alas tan inmensas que podrían cubrirlo por completo para que fuera invi Imaginaba a veces que estaba en peligro y entonces los ángeles desplegaban sus alas y nadie podía ver a mi padre. Esto era un rito diario para mí cada vez que mi papá tenía guardia de día, salía a las 4:30 de la madrugada. Mi padre siempre llegaba contando unas cosas raras que le pasaban, que si robaban al que estaba con él y a él como que no lo veían, que una vez pasaba por un barrio y de repente algo como un vapor que lo quemaba se le metió. Todavía no suena el reloj, pero ya estoy despierta, tempranísimo en la mañana y muy tarde en la noche, los gallos cantan con flojera al despertar, pero yo estoy despierta, aun en cama, esperando que papá se levante para ir a trabajar. Comienza a sonar el reloj lo apaga. Ya estaba despierto lo sé. Toma la vaselina a donde echaba sus cigarrillos y se dirige al baño mientras todos duermen, todos menos yo. Él no lo sabe. Sale del baño y yo lo observo de mi cama mientras disfruto de la vía a mis 39 años me indican la hora. Mi padre se viste muy rápido y al abrir la puerta para irse escucha: ¡bendición papá! A lo cual responde ¡Dios te bendiga! Cuando cerraba la puerta me sentaba en la cama a imaginarme todo el camino hacia el trabajo. Por donde iba, como tomaba el autobús, como llegaba al trabajo, toda su ruta imaginaba a esa hora. Pero no sólo eso hacía yo le daba compañía. Le colocaba ángeles alrededor. Ángeles con alas tan inmensas que podrían cubrirlo por completo para que fuera invisible al peligro. Imaginaba a veces que estaba en peligro y entonces los ángeles desplegaban sus alas y nadie podía ver a mi padre. Esto era un rito diario para mí cada vez que mi papá tenía guardia de día, salía a las 4:30 de la madrugada. le llegaba contando unas cosas raras que le pasaban, que si robaban al que estaba con él y a él como que no lo veían, que una vez pasaba por barrio y de repente algo como un vapor que lo quemaba se le metió por los Escrito. Promocionado por: Todavía no suena el reloj, pero ya estoy despierta, tempranísimo en la mañana y muy tarde en la noche, los gallos cantan con flojera al despertar, pero yo estoy despierta, aun en cama, esperando que papá se levante para ir a trabajar. Comienza a sonar el reloj y el lo apaga. Ya estaba despierto lo sé. Toma la vaselina donde echaba sus cigarrillos y se dirige al baño mientras todos duermen, todos menos yo. Él no lo sabe. Sale del baño y yo lo observo de mi cama mientras disfruto de los vía a mis años me indican la hora. Mi padre se viste muy rápido y al abrir la puerta para irse escucha: ¡bendición papá! A lo cual responde ¡Dios te bendiga!. Cuando cerraba la puerta me sentaba en la cama a or donde iba, como tomaba el autobús, como llegaba al trabajo, toda su ruta imaginaba a esa hora. Pero no sólo eso hacía yo le daba compañía. Le colocaba ángeles alrededor. Ángeles con alas sible al peligro. Imaginaba a veces que estaba en peligro y entonces los ángeles desplegaban sus alas y nadie podía ver a mi padre.