Quizás se habrá preguntado cuál es la diferencia entre la Magia «Ceremonial» y la Magia «Ritual». Muchas personas utilizan estos términos indistintamente como sinónimos y, de hecho, sus definiciones en el diccionario son bastante parecidas. Sin embargo, en la filosofía mágica, hay una diferencia importante. Cualquiera puede practicar un ritual. Puede tratarse de un ritual mágico o de cualquier otro tipo de ritual, como un ritual de afeitado, en el cual usted se afeita según un determinado modelo. Tras un período de práctica, algunos rituales, como el de afeitarse, se convierten en hábitos. Romper el ritual, es decir, seguir un modelo poco habitual, puede provocar problemas. Seguramente le haría sentirse incómodo y podría resultar realmente dañino. Si no me cree, intente afeitarse de una forma distinta a la habitual, pero no se sorprenda si termina cortándose y dejándose marcas. De modo que esto es una advertencia importante: nunca deje que sus rituales mágicos se conviertan en hábitos. Practíquelos siempre con plena conciencia, aunque los haya realizado todos los días durante años.
Mi definición de ceremonia es que se trata de un «ritual de grupo». Es decir, sólo se necesita a una persona para practicar un ritual, pero se necesitan varias para llevar a cabo una ceremonia. Así pues, para practicar la Magia Ceremonial debe usted contar con algún grupo.
A pesar de que todas las técnicas mágicas de este curso se presentarán de modo que pueda realizarlas un ritualista individual, en adelante encontrará notas sobre cómo practicar algunos rituales en grupo. Esto nos conduce a la cuestión de las ventajas y los inconvenientes de los grupos.