El hecho de disponer de un grupo de personas le acarree inmediatamente el éxito en su trabajo mágico. Un mago individual puede controlar mucho mejor la energía mágico-psíquica que un grupo. A veces, por esta misma razón, un individuo puede tener más éxito que un grupo. Por este motivo he indicado que un grupo de personas podría generar más energía que un individuo. Ciertamente, un grupo de incompetentes no será capaz de superar a un mago bien entrenado.
Esto nos conduce a hablar de los inconvenientes asociados con los grupos. Un buen amigo mío, un respetado autor de muchos libros de magia, cree que los trabajos en grupo están obsoletos y resultan impracticables. Esta opinión es debida a sus experiencias personales con algunos grupos. Yo también he tenido experiencias parecidas. Siempre, y quiero decir siempre, los problemas asociados con los grupos se basan en un único problema y sólo en uno: la psicología personal. Se fomian camarillas y las personas que quedan fuera se sienten heridas y rechazadas. La persona A no quiere trabajar con la persona B porque la persona B es demasiado (a) lista, (b) tonta, (c) fea, (d) hermosa o (e) cualquier otro atributo. Alguien puede iniciar una conspiración contra el líder. Alguien, quizás, desee cambiar al grupo para adaptarlo a lo que él cree que debería ser, en lugar de cambiar él mismo para adaptarse al grupo. Todo esto es muy estúpido.
Estas tonterías han ocurrido durante años entre los grupos. Varios grupos que se autodenominan rosacrucianos insisten todos en que sólo ellos son los auténticos y aseguran que los demás son un fraude. Varios grupos de Brujería y de Wicca incurren también en este tipo de necedades. Un conocido grupo mágico tiene actualmente unas cinco o seis personas que aseguran, cada una de ellas, ser el líder auténtico del grupo y acusan al resto de impostores. Esta falta de acuerdo ha dado lugar a insultos ofensivos y ¡ha llegado a los tribunales! ¿Qué puede hacer una persona que desee trabajar en un grupo con otras personas de intereses parecidos?